Científicos del Centro para la Conservación de la Diversidad Biológica estiman que decenas de animales se extinguen cada año.
Las extinciones de animales pueden ser causadas por eventos naturales como el calentamiento o enfriamiento climático o cambios en los niveles del mar. En los últimos tiempos, sin embargo, la actividad humana ha sido la responsable.
La destrucción del hábitat a medida que se expande la tierra agrícola y se talan los bosques es la causa principal de las extinciones modernas, junto con la contaminación, la introducción de especies exóticas y la pesca excesiva o la caza.
La mayoría de las especies extintas se extinguieron como resultado de causas naturales. Pero ya hemos visto que otros animales, como la paloma mensajera, se extinguieron debido a la pérdida de hábitat provocada por el hombre y a la caza excesiva. Las cuestiones ambientales causadas por el hombre también están creando graves desafíos para varias especies en peligro o en peligro de extinción.
La organización sin ánimo de lucro Endangered Species International, estima que el 99,9% de los animales que alguna vez existieron en la tierra se ha extinguido debido a eventos catastróficos que ocurrieron mientras la Tierra estaba evolucionando. Cuando estos eventos causan que los animales mueran, se llama extinción masiva. Ha habido múltiples extinciones masivas debido a eventos cataclísmicos naturales.
Si bien las extinciones masivas previas ocurrieron mucho antes de la historia registrada, muchos científicos creen que estamos inmersos en una: la sexta extinción masiva de flora y fauna. No ha habido extinciones masivas en los últimos 500 millones de años, pero ahora que las actividades humanas están afectando a la Tierra, las extinciones están ocurriendo a un ritmo alarmante.
Una tasa normal de extinción, debido a causas naturales, es de 1 a 5 especies por año. Sin embargo, con actividades humanas como la quema de combustibles fósiles y la destrucción de hábitats, estamos perdiendo especies de plantas, animales e insectos a un ritmo alarmantemente rápido. Los científicos del Centro para la Diversidad Biológica estiman que la tasa es un millar más, o incluso diez mil más, que el 1 a 5. Creen que decenas de animales se están extinguiendo todos los días.
Las especies más grandes que se dirigen rápidamente hacia la extinción son los anfibios. Cuando las ranas y otros anfibios comienzan a morir en grandes cantidades, otras especies caen en efecto dominó. Save the Frogs, una organización dedicada a comprender la amenaza para las ranas y otros anfibios, estima que un tercio de las especies ya está en el umbral de su extinción.
Dodo
Es probablemente la especie extinta (Raphus cucullatus), endémica de las islas Mauricio, fue sentenciada en unas pocas décadas. La primera mención registrada del ave no voladora fue realizada por marineros holandeses en 1598; el último avistamiento de un pájaro dodo fue en 1662. A pesar de su abundancia durante el siglo XVII, queda muy poco en los museos como evidencia de su existencia. Hay algunos esqueletos parciales: una calavera en Copenhague, un pico en Praga, una pata en el Museo de Historia Natural y una cabeza y una pata en Oxford. El único pájaro completo conocido estaba en la colección de John Tradescant que lo legó al Museo Ashmolean en Oxford; desgraciadamente se pudrió y acabaron quemándolo. Gracias a la dedicación de un curador del Museo Ashmolean, se salvó la cabeza y una pata que ahora se encuentran en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford.

Leopardo nebuloso de Formosa
El leopardo nebuloso de Formosa (Neofelis nebulosa brachyura), también conocido como pantera nebulosa de Taiwán, era una subespecie endémica de esta isla llamada anteriormente Formosa. Lo cierto es que aunque desde 1910 no había una confirmación científica de su existencia, los científicos se habían resistido a declarar esta especie como extinta, concluyendo que la falta de observaciones se debía a su escasez y a su carácter escurridizo. La caza furtiva, la destrucción de su hábitat para la agricultura y la expansión de las comunidades humanas, contribuyeron a la completa desaparición de este gran depredador.

Paloma migratoria
La paloma migratoria (Ectopistes migratorius) era una de las aves más espectaculares del mundo. Podía alcanzar velocidades de casi 100 kilómetros por hora. En el apogeo de su población, sumaban hasta cinco mil millones, lo que los convierte en la especie de ave más poblada del planeta (sus bandadas eran impresionantes). Por desgracia, con la llegada de los europeos, decenas de millones eran sacrificadas cada año. Las cazaron a escala industrial para obtener carne barata, hasta que la última paloma salvaje migratoria fue vista en 1901. El zoológico de Cincinnati era el hogar de la última ave en cautividad, Martha, que murió el 1 de septiembre de 1914.

Rinoceronte negro occidental
Fue la subespecie más rara de rinoceronte negro. Esta subespecie una vez vagó por el África subsahariana, pero fue víctima de la caza furtiva. Su población era de cientos en 1980, y cayó a 10 en 2000. Apenas cinco años después ya no se conseguía observar a ninguno. Finalmente, la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) lo declaró extinto en septiembre de 2011. Medía entre 3-3.8 metros de largo y 1.4-1.7 metros de alto. Pesaba entre 800-1,300 kg. y tenía dos cuernos. Precisamente la creencia de que sus cuernos tenían propiedades medicinales, condujeron a una exacerbada caza furtiva.

Moho
Un género de aves hawaianas extintas, que incluían a cuatro especies: Moho apicalis, Moho bishopi, Moho nobilis y Moho braccatus. El moho se extinguió debido a la caza y la pérdida de hábitat. El último pájaro de este tipo fue visto en Hawái en 1934.

Smilodon
Smilodon fue uno de los mamíferos prehistóricos más populares debido a sus enormes caninos. Un ejemplar adulto podía pesar entre 55 y 300 kilogramos. Incorrectamente llamado tigre dientes de sable (pues es una especie distinta del tigre actual), vivió en América del Norte durante el período Pleistoceno, pero toda su población murió hace 10.000 años, hacia el final de la última Edad de Hielo, coincidiendo con la llegada de los humanos a continentes a los que nunca antes habían tenido acceso.

Tortuga gigante de Pinta
La tortuga gigante de Pinta (Chelonoidis abingdonii) fue una subespecie endémica de la isla Pinta de las islas Galápagos (Ecuador). Se considera extinta, y el último ejemplar conocido, el Solitario George, murió en 2012 por causas naturales (probablemente a los 112 años).

Moa
Los moas (Dinornithidae) eran aves no voladoras que habitaban en Nueva Zelanda. Sus especies varían en tamaño, yendo desde el tamaño de un gallo hasta las moas gigantes que podían llegar a medir 3 metros de altura y pesar unos 250 kg. Fue una de las aves más grandes que jamás haya existido. Se extinguió en el año 1400 debido a la caza excesiva por parte de los maoríes.
